Muchas veces no sabemos ciertamente si estamos actuando mal, regular o bien; no sabemos determinar el baremo de distinción de nuestros actos.
Si negamos o afirmamos, si hacemos algo o no, si tomamos una u otra decisión, si autorizamos o desautorizamos, si gastamos una broma o estamos serios, muchas veces no sabemos qué hacer.
Es difícil tomar decisiones en coyunturas diarias, sobre todo cuando son determinantes para la vida de las personas, y para más inri, de las personas a las que queremos.
En el trabajo también se presentan estos dilemas, y muchísimas veces no sabes cómo actuar, no quieres hacer daño, pero estás hasta las narices de la actitud de algunos de tus compañeros o jefes.
Cuando llega una encrucijada te puedes hacer esta pregunta:
¿Estaré traicionando mis sentimientos, tus sentimientos o sus sentimientos?
Y entonces...
La mejor brújula para saber si estás traicionando a tus sentimientos...
Es tu conciencia.
Comentarios
Publicar un comentario