OCASO.

Estaba asomado a la terraza mirando la puesta del sol desde el cuarto piso del hotel donde pasaba unos días de vacaciones, y escuchaba "El ciclo sin fin" del Rey León.
El astro rey se reflejaba, conforme se ocultaba, en las mansas y cristalinas aguas del mar, que lo observaban desde abajo, despidiéndolo hasta una nueva mañana.
La música seguía sonando... "Es el ciclo sin fin, que nos mueve a todos, y aunque estemos solos..."
No se si por el efecto de rotación o de traslación, ahora eso importa poco, cuando la luz solar se dirigía para sumergirse en el océano, estampa crucial de aquella tarde; llegó antes la pared del bloque del hotel y me lo escondió. 
¡Maldita la esquina del hotel que me rompió un bonito atardecer, me tocó esa tarde!



Foto extraída de la página: bluepillow.es






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