Prefiero a las ratas, miran a la cara, se envalentonan
sintiéndose acorraladas y huyen cuando se reconocen inferiores; no así los
gusanos, socavan la tierra que pisas, a escondidas, ocultos, pero excavando
poco a poco.
Las ratas se van y tardan tiempo en regresar, y quizás ni lo hagan; los gusanos, esos arrastrados…
Cuando me di cuenta habían horadado tanto el subsuelo que un día se hundió bajo mis pies; y descubrí de cerca, lo que pisé durante años, la trama en la que se asentó mi vida. Entonces preferí que me hubiesen atacado ratas, ellas dan la cara; los gusanos, nunca.
Las ratas se van y tardan tiempo en regresar, y quizás ni lo hagan; los gusanos, esos arrastrados…
Cuando me di cuenta habían horadado tanto el subsuelo que un día se hundió bajo mis pies; y descubrí de cerca, lo que pisé durante años, la trama en la que se asentó mi vida. Entonces preferí que me hubiesen atacado ratas, ellas dan la cara; los gusanos, nunca.
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