No
seas impaciente, la tubería es incapaz de suministrarte más rápido el agua para la
ducha, y el café no puede gotear más deprisa; además tienes que acumular mucho
retraso para tener excusas cuando adelantes por la derecha camino del
trabajo, cuando pites airadamente a los coches que esperan en el semáforo, el
atasco de tráfico no es culpable de que no te hayas levantado quince minutos
antes. Después, a la hora de aparcar, te vuelves agrio y agrario: ¡Como soy de campo,
aquí me planto!
No
tengas prisa, amigo, ni nadie que te la
meta; la prisa, por supuesto. Nunca fue buena.
Foto extraída de la página: revistaindependiente.com |
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