La historia se repite todas las noches, es una historia que parece interminable, pero que solo terminará cuando no haya mañana en el que abrir los ojos.
Todas las noches, los párpados pueden con la luz de mi mirada; todas las noches, y en algunas horas del día, pero hay ocasiones en que pesan demasiado; hago el esfuerzo, de veras, pero llega un momento en el que me siento rendido, como todas las noches.
La suave brisa de la CPAP atisba un cercano sueño, y va abriendo camino en mis cerrados respiraderos; acaricia suavemente mi cara como si me acunara en la cabecera.
Y las pestañas me susurran melodías relajantes, mis clisos se rinden a la evidencia, y no tengo más remedio que entregar mi alma en las manos de Morfeo.
¡Ay, y pobre de mí del día que no pueda hacerlo!
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| Foto extraída de la página: elpais.cr |
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