¡TIRA ESA PIEDRA!

Eran más o menos las dos de la madrugada, habíamos estado tocando en la discoteca de Villanueva del Ariscal "Al Ándalus" y se hizo tarde.
No encontrábamos taxi, teníamos 17 años, y para it a casa decidimos volver andando por el camino.
-Ese camino está plagado de chalets, en todos, o en casi todos hay perros.
Dije yo ,que había vivido una persecución paseando en bicicleta.
Desde que entramos en el camino, con una noche oscura además, los perros empezaron a ladrar; como les tengo miedo, me agaché a coger una buena piedra, por si acaso...
Mi amigo Enrique, venía comentando que el león era el rey de la selva no por su mordida, sino por su rugido, era el que elevaba más la voz cuando rugía y acobardaba a los demás animales.
Fernando, al verme la piedra, me dio en la mano y dijo:
-¡Tira esa piedra coño, que no van a estar sueltos los perros!
Me agaché a cogerla de nuevo, y sentí un gruñido cerca de mí, e intuí unos ojos brillantes, quizás fueran ojos, o quizás el miedo que tenía.
Lo primero que se me ocurrió fue lanzar un grito largo y potente, como el del estribillo del Twist and Shout que tanto he cantado... Pero el doble o el triple:
¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh!; y otra vez: ¡Ahhhhhhhhhhhhh!.
El perro salió corriendo y aullando por los caminos colindantes, y no se volvieron a escuchar más perros durante el resto del camino.
En otra ocasión y en otro sitio diferente me pasó lo mismo, con el mismo resultado, la perra (después me enteré que era perra) que me estaba atacando, salió corriendo.


Foto extraída de la página: vibra.co



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